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El Athletic se queda muy corto en Elche

El equipo de Marcelino carece de argumentos para intimidar al conjunto local, que dispuso de las mejores ocasiones sin ser capaz de romper el 0-0.

Iñaki Williams se lamenta contra el Elche.

Las buenas sensaciones que fue ofreciendo el Athletic en el tramo final de pretemporada se perdieron en el olvido de una calurosa noche de lunes en el Martínez Valero. No hubo goles en Elche y quien más lo agradeció fue el conjunto rojiblanco, que tras una puesta en escena convincente, se ancló en una vulgaridad que sirvió de puente con los últimos partidos de la pasada campaña. Al menos fue mejor que el último de todos, mismo escenario que el de hoy, en el que los locales ganaron por 2-0 para atar su permanencia en Primera. Escaso consuelo para un pobre Athletic.

Sin Unai Simón, de vacaciones tras su doblete Eurocopa-Juegos, Marcelino decidió darle la alternativa a Julen Agirrezabala, que con 20 años se convirtió en el portero más joven en defender la portería del Athletic en tres décadas. Por delante de él, otro debutante, Dani Vivian, cubría la ausencia por lesión de Yeray. Yuri y Raúl García completaban la lista de bajas del Athletic. El Elche, por su parte, se estrenaba ante su afición con tres nuevos fichajes en el once: Casillas, Bigas y Roco, quien ha regresado al Martínez Valero seis años después de su primera etapa.

Sin acusar esas ausencia, el Athletic comenzó el partido con mayor brío (tras un susto de Bigas abortado por Agirrezabala), trenzando buenas jugadas que tendían a acabar con centros rasos al área. Tenían buena pinta los rojiblancos, pero apenas les duró la dicha un cuarto de hora. Sus desajustes defensivos pronto empezaron a dar aire a los locales. El escaso esfuerzo atrás de Berenguer y Muniain, unido a las jaquecas que le generaba Mojica a De Marcos invirtieron la dinámica del partido, sumiendo al Athletic en la frustración.

El Elche llegó a adelantarse gracias a Fidel, pero el linier levantó el banderín por un fuera de juego que el VAR validó por escasísimos centímetros. Eso puso de los nervios a un Athletic que intentaba estirarse sin premio a través del mayor de los Williams. Marcelino, inquieto, terminó de desesperarse cuando contempló cómo Pere Milla era capaz de rematar en el área pequeña aunque, por suerte para los bilbaínos, sin orientar el balón hacia la portería.

El partido no mejoró demasiado en el segundo acto. Ni para el Athletic ni para el Elche ni para el espectador neutral. Fue una macedonia de imprecisiones en la que de nuevo los locales fueron los que más cerca estuvieron del gol. Especialmente Pere Milla, en una jugada en la que pareció arrancar en fuera de juego, y Tete Morente, en un duro remate que obligó a Agirrezabala a demostrar sus virtudes. Para el Athletic, apenas un remate desviado de Dani García y la sensación de que Marcelino tiene aún demasiado trabajo por delante.

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