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La Real Sociedad echa de menos a David Silva

Suma ante el Villarreal su segundo empate tras la lesión del canario. Gerard Moreno y Oyarzabal marcaron los goles, ambos de penalti

Oyarzabal se prepara para lanzar el penalti.

David Silva llegó a la Real Sociedad contagiado de Covid, tras apenas un par de semanas de vacaciones y sin poder hacer pretemporada. Y en esas condiciones, claro, sus primeros partidos como txuriurdin fueron discretos. Pero en cuanto cogió el punto de forma y aprendió a interpretar a sus nuevos compañeros, el canario echó a volar y con él toda la Real, hasta encadenar una racha de seis victorias consecutivas en Liga.

No es casualidad que la buenaventura se haya frenado (decelerado al menos) después de su lesión. Al fin y al cabo, la del campeón del mundo era la pieza que realza al resto del equipo. Sin él, la Real sigue siendo un grupo reconocible y solvente, que rinde por encima de las expectativas iniciales, pero no es lo mismo. Falta ese punto de apoyo que lleva a los Merino, Oyarzabal y compañía a la excelencia. La buena noticia para la Real es que eso no implica derrotas.

Como el jueves en Alkmaar, los de Alguacil se tuvieron que conformar con un empate frente a un Villarreal (1-1) que le quiere discutir la condición de aspirante outsider al título. Los donostiarras siguen al frente de la tabla, pero ya con un solo punto de renta con respecto al Atlético, que ha jugado dos partidos menos. Una situación liguera en todo caso sobresaliente.

Antes de que los protagonistas llegaran siquiera a entrar en calor, un intento de despeje a destiempo de Elustondo provocó el primer penalti de la noche. Gerard Moreno transformó el lanzamiento y obligó a la Real a navegar a contracorriente con un equipo nada habitual. Gozaron los de Alguacil de dos buenas ocasiones antes de que otro penalti -tras un córner que no era- equilibrara el marcador. Pau Torres golpeó antirreglamentariamente a Le Normand en un salto y Oyarzabal alargó a 16 su bagaje de penaltis marcados sin fallo.

El alto ritmo de la primera mitad dio paso a una segunda más pestosa, seguramente acusando el esfuerzo realizado en los compromisos europeos del jueves. El partido fue perdiendo fuelle, con más brega que ocasiones claras y ya no se movió un marcador que puso justicia a los méritos de ambos.

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